“Por mas música que hacemos, menos música escuchamos.” Esta frase no es mía, pero estoy de acuerdo con ella. Su autor es Kalaf, de 37 años, un escritor y músico de Angola que vive y trabaja en Portugal desde que se mudó a Lisboa en 1995. En una entrevista publicada en la revista Estante de Fnac Portugal, habla de sus escrituras y de su música y dice que extraña escuchar música – que él ama y la razón por la que elegio ser un músico – ya que trabaja como músico para vivir. La frase me hizo pensar, porque, a veces, siento lo mismo.
No, yo no soy una música. Pero soy periodista. Mientras que los equipos son cada vez más pequeños día tras día – en su censo anual, la Sociedad Americana de Editores de Noticias concluyó que las pérdidas de empleo se aceleraron en 2014, una caída de más del 10 por ciento en un solo año – los periodistas no tienen la oportunidad para aprender algo nuevo ya que el tiempo para el aprendizaje se reduce rápidamente a la nada. La agenda puede ser mortal para una sala de redacción que no tiene formas suficientes para producir historias adecuadas, ¿no?
A veces, los periodistas se ven obligados a leer y escribir menos sobre lo que les gusta o sobre temas que les interesan. Esta es la modernidad, hay que decirlo. Esto no es un buen trabajo, debo añadir.
¿Cómo se relaciona esto con mi beca? Bueno, por un lado, me dio la posibilidad de parar y mirar. Veo cada persona en Propublica como un mentor potencial para mí, así que estoy tratando de aprender de cada uno de ellos, todos los días. Por otro lado, al ser una becaria de Chicas Poderosas / Dow Jones en ProPublica me permitió leer y hacer experimentos – Ruby on Rails es mi “lectura obligada” en estos días -, sin tener miedo al fracaso. El fallo existe para aprender. Y el aprendizaje es el primer paso para crecer y ser una mejor periodista y una mejor persona.